Participar lúdica y críticamente en las diferentes actividades para conseguir su formación como personas íntegras y cristianas.
Ofrecer los medios necesarios (tutoría, relaciones personales y escolares, asambleas de clase, áreas curriculares, …) que favorezcan la implicación de los alumnos en su propio proceso de crecimiento y maduración (cualidades, capacidades, valores, …).
Fomentar los hábitos de higiene para favorecer la convivencia y la prevención de enfermedades.
Desarrollar el respeto a todas las personas que forman la Comunidad Educativa del centro observando las normas de convivencia propuestas por el centro, el ciclo y la clase, utilizando un lenguaje correcto y respetuoso.
Sugerir la importancia de la planificación de un tiempo de trabajo personal y de lectura en casa.
Potenciar la capacidad de organización y responsabilidad personal en su trabajo diario.